Nada Tan Difícil Como el Comienzo

Tal vez no era necesario explicarlo. Las miradas a veces confundían y las palabras carecían de significado. Dijiste tantas cosas, tantas mentiras recubiertas de una encantadora sonrisa. Fue mi culpa sentir tanto, y que valoraras tan poco. Debí irme cuando debía, y no dejarme humillar de esta manera. Te creía, lo confieso, fue mi error creerte. Te quería, y ya como ves, mis verbos para tu persona cambian a ser un pretérito imperfecto. Eres ya el pasado y la imperfección mezcladas. Si estoy arrepentida es por tu culpa, por fingir tan descaradamente un sentimiento. El resentimiento ya no haya palabras para dedicarte y tu sonrisa será una triste ironía de este momento.


Me extrañarás, lo sé. Esa es mi dulce venganza.

Yo al menos, empezaré de nuevo. Todo de nuevo.