Displicencia. Cuánto cuesta agregarle un poco de emoción a las palabras. Ya los escritos son los mismos, nada nuevo surge de sus letras, las horas avanzan y sigo esperando un poco de misticismo. Un poco de complicidad, por favor.
Reviso sus anotaciones, las comparo con otras, todo son lo mismo. Se restriegan sentimientos, momentos y añoraciones. Manosprecio de la vida literaria. Simples áfanes de riqueza artística, un poco de admiración, tal vez copia, imitación barata de soñadores franceses, un poco Cervantezco con otro tanto de Poe, y si, quizás su grado de Allende, Rowling, King, Meyers.
Todos quieren ser artistas en días capitalistas, pero sin atreverse a cruzar la línea de la tolerancia, de la ensoñación, del arte. Surgen círculos imaginarios. Habiendo en estos momentos tanto talento, anspiran a lo mismo, inspirándose entre sí. Todos con un mismo objetivo, por un camino similar. Decir palabras por decirlas, porque las letras están de moda.
Un poco de complacencia, el mundo sigue igual. Es cosa de leer su frase bonita para ya considerarlo todo como una maravilla. Falta autocrítica, y porqué no, su grado de humildad. La vida queda manoseada por unas cuántas palabras mal utilizadas, y ya ves, todos sienten igual, se identifican colectivamente con un verso. Hay maneras y maneras, pero todos creen ver sólo una. Dónde quedó la creatividad, la imaginación, la sensibilidad, el gusto. No todos sienten lo mismo, no hay generalidades.
Quién me diga que el amor es un estado emocional o un sentimiento, quién me defina qué es la alegría, qué se siente con la ira, qué pasa conmigo cuando de mi brotan lágrimas. Dime algo que no haya escuchado, dime algo que no sea real. Dime algo que me haga creer que de verdad existe un alma detrás de cada palabra escrita, que nada es casualidad, que lo que hay en ella es vida.
No digan que el silencio los acuna en momentos, que callaron cuando debían hablar. No me inventes situaciones que ya he leído, dime algo nuevo. Sigue un espiritu innovador, progresista, inconformista. Dame algo en qué creer. Tus palabras pueden pesar en mí si sabes cómo ocuparlas.
Vuelve a mí la sed, haz que crea que en el vacío existen mundos. No me hagas creer que todo esto es una ofensa. Yo seré consejo, pero no juez. Esto no es una advertencia, es un claro desafío. Vuela, vuela, dime, qué sientes al escribir, comparte tu historia y yo te haré ver la mía. Házlo de manera distinta, utiliza el ingenio, la lógica, la razón y sus dicotomías. Desata en tí tu alma, déjate llevar, descuida, esto será un secreto de dos.
Házme resurgir de las llamas, es ahí donde vuelvo creer en la magia...
Reviso sus anotaciones, las comparo con otras, todo son lo mismo. Se restriegan sentimientos, momentos y añoraciones. Manosprecio de la vida literaria. Simples áfanes de riqueza artística, un poco de admiración, tal vez copia, imitación barata de soñadores franceses, un poco Cervantezco con otro tanto de Poe, y si, quizás su grado de Allende, Rowling, King, Meyers.
Todos quieren ser artistas en días capitalistas, pero sin atreverse a cruzar la línea de la tolerancia, de la ensoñación, del arte. Surgen círculos imaginarios. Habiendo en estos momentos tanto talento, anspiran a lo mismo, inspirándose entre sí. Todos con un mismo objetivo, por un camino similar. Decir palabras por decirlas, porque las letras están de moda.
Un poco de complacencia, el mundo sigue igual. Es cosa de leer su frase bonita para ya considerarlo todo como una maravilla. Falta autocrítica, y porqué no, su grado de humildad. La vida queda manoseada por unas cuántas palabras mal utilizadas, y ya ves, todos sienten igual, se identifican colectivamente con un verso. Hay maneras y maneras, pero todos creen ver sólo una. Dónde quedó la creatividad, la imaginación, la sensibilidad, el gusto. No todos sienten lo mismo, no hay generalidades.
Quién me diga que el amor es un estado emocional o un sentimiento, quién me defina qué es la alegría, qué se siente con la ira, qué pasa conmigo cuando de mi brotan lágrimas. Dime algo que no haya escuchado, dime algo que no sea real. Dime algo que me haga creer que de verdad existe un alma detrás de cada palabra escrita, que nada es casualidad, que lo que hay en ella es vida.
No digan que el silencio los acuna en momentos, que callaron cuando debían hablar. No me inventes situaciones que ya he leído, dime algo nuevo. Sigue un espiritu innovador, progresista, inconformista. Dame algo en qué creer. Tus palabras pueden pesar en mí si sabes cómo ocuparlas.
Vuelve a mí la sed, haz que crea que en el vacío existen mundos. No me hagas creer que todo esto es una ofensa. Yo seré consejo, pero no juez. Esto no es una advertencia, es un claro desafío. Vuela, vuela, dime, qué sientes al escribir, comparte tu historia y yo te haré ver la mía. Házlo de manera distinta, utiliza el ingenio, la lógica, la razón y sus dicotomías. Desata en tí tu alma, déjate llevar, descuida, esto será un secreto de dos.
Házme resurgir de las llamas, es ahí donde vuelvo creer en la magia...
1 Asdf asdf :):
bianca la humanidad tiene mas de 2000 años, como quieres que salga algo nuevo despues de tanto tiempo?... es demasiado dificil. Aunque bueno quedaste en la u y aprederas harto en tu carrera quisas tu puedas crear algo nuevo n.n
te quiero :3
pd:Cambia el link de mi blog pos ¬¬
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